Un aspecto de importancia capital en las labores que realiza el Oficial de Cumplimiento en las empresas y negocios obligados a informar son, sin duda, los análisis que hace de las operaciones inusuales, esto es, la actividad intelectual por medio de la cual, aplicando su buen criterio, evalúa la información recopilada sobre el cliente y sus operaciones con el fin de determinar su carácter sospechoso por presumir que los fondos utilizados provienen de la comisión de delitos graves y que podrían estar vinculados al lavado de activos o al financiamiento del terrorismo.
En los análisis de operaciones, el Oficial de Cumplimiento centra sus indagaciones en diversas fuentes que le proveen de la información de riesgo, a saber: 1) la comunicación de la operación sospechosa por parte del personal, 2) en la emisión de reportes a través de los registros y sistemas informáticos, 3) en la revisión de las carpetas de los clientes, 4) en las bases negativas que pudieran haberse creado; y otros instrumentos o herramientas complementarios, incluida la internet. El Oficial de Cumplimiento se encuentra frente a un contexto informativo en torno al cual va a desarrollar su actividad de análisis. Debido a las características particulares del sujeto obligado, el cúmulo de información disponible para los análisis de operaciones son, sin duda, limitados y varían de acuerdo a las posibilidades económicas del negocio. Esta limitación de la información tiene relación directa con el sujeto obligado a informar y su capacidad de proveer un sistema de cumplimiento apropiado y con el debido respaldo humano y tecnológico, lo que nos permite sostener que, dentro de las limitaciones impuestas por dicho factor a la provisión de información disponible, existen diferentes grados, niveles o cantidades de información. La limitación en cuestión se extiende, incluso, a los sujetos obligados con mayor capacidad económica.
Tenemos, entonces, que los análisis de operaciones se realizarán sobre la base de información limitada en su extensión y sus resultados serán, en consecuencia, también limitados. La calificación sobre el carácter sospechoso de la operación está supeditada a la información recopilada que no siempre puede ser la idónea para los efectos queridos, no porque no permita formarnos convicción del objeto materia de análisis –puesto que si la base de nuestro análisis tiene como punto de partida una determinada cantidad de información, la aplicación de nuestro razonamiento se realizará en función de dicho contenido-, sino por la propia limitación de la información. Me explico, si nuestro razonamiento tiene como punto de partida las premisas A, B y C, la conclusión podrá ser D, pero las premisas se reducen a B y C, hay probabilidades de que la conclusión no sea D sino E. En suma, la cantidad de información que revise el Oficial de Cumplimiento durante el proceso cognoscitivo de evaluación y análisis de una operación inusual puede traer como resultado que se la califique como sospechosa; o, en su defecto, obtener un resultado totalmente opuesto si se hubiese tomando en consideración alguna información complementaria que no se pudo recopilar por causas ajenas a la labor de cumplimiento.
Hasta aquí tenemos que la conclusión de calificación de una operación como sospechosa está condicionada por la cantidad de información relevante puesta a disposición del Oficial de Cumplimiento o de la obtenida por éste. La afirmación expuesta no afecta la validez de la argumentación desarrollada por dicho funcionario como sustento del reporte de operación sospechosa.
En materia de prevención del lavado de activos, la argumentación en la calificación se estructura a través de la siguiente ecuación: (IR) – (C+E+L) = (+)(-) OP, cuya lectura es la siguiente: la información de riesgo sobre la operación inusual va a hacer sometida por el Oficial de Cumplimiento a un análisis sobre la base de sus conocimientos sobre prevención anti lavado, su experiencia en la materia y sobre la normatividad vigente, lo que dará como resultado la calificación o no de la operación inusual como sospechosa.
Aceptar la limitación de la información materia de análisis, que complementa, según sea el caso, a la información de riesgo que la operación inusual representa, no debe significar que se omitan aquellas acciones que el Oficial de Cumplimiento o su personal podrían desarrollar en el marco de la debida diligencia para el conocimiento del cliente. Una actitud diligencia del profesional de cumplimiento implica realizar verificaciones, confrontaciones, cruces de información, etc., que permitan determinar con la mayor certeza posible el origen de los fondos de la operación inusual, y de esta forma continuar haciendo un seguimiento de las operaciones de algún cliente respecto del cual no hubo mérito suficiente para sospechar sobre la ilicitud del origen de su dinero.